Nuestra amiga Kyra (que os presenté de bebé y con un añito) tiene dos años, dos años y medio largo, y sus padres y tios siguen apostando por esos maravillosos recuerdos que para siempre tendrá esta niña en su corazón, seguro. Vaya desde aquí mi reconocimiento directo a su madre y tía por este esfuerzo que hacen en tener plasmado el paso del tiempo de esta joya de niña y que en el futuro será una recompensa mirar estas imágenes y recordar tantas anécdotas. Todo un placer.
Os dejo una muestra de la sesión que tuvo lugar en el renovadísimo y atractivo local del Nou Raspa.
Gracias Estefanía y Cristina.