Dar un paseo al atardecer por la encrucijada de calles y contemplar la 'hora dulce' -sí, justo ese intervalo en que el sol tiñe de naranja medio cielo para terminar en un azul intenso- desde la Altea mediterránea, és uno de esos placeres alcanzables que uno se puede dar cuando le venga en gana. Altea significa mucho para nuestros protagonistas y por este motivo decidieron realizar su reportaje de postboda en este bello municipio de la Marina Baixa. El imponente corte de Miguel y Sara mezclándose entre los últimos destellos de sol dibujaban escenas verdaderamente románticas y cuando la oscuridad acababa imponiéndose al día, nuestra pareja resplandecía de nuevo, manteniendo esa luz que son ellos dos.
Gracias de nuevo, por vuestra confianza, por vuestra amistad. Os deseo lo mejor.
Por supuesto, gracias Vicent por tu aportación y ayuda, y gracias Sentiu.
Os dejo unas imágenes.